A veces, las nubes se apartan y aparecen los prados estelares llenos de vacas de leche resplandeciente y nosotros nos quedamos como embobados, con los vasos en la mano, haciendonos preguntas estupidas.
Y luego se van, esas nubes al volver traen la lluvia, traen a sus hijos y los desparraman sobre el mar, sobre los rios y la tierra. Y sus hijos son sus lagrimas, lo cual les causa cierto desatino. Ocurre que siempre uno termina por estar triste, y llora, pero el dolor de las nubes negras es enorme, se ponen de luto, porque solo lloran cuando su dolor es mayor que el de perder a un hijo...