Tienes que quererme mucho más.
Por supuesto hago como que no la he oído. Entonces ella cierra el
paraguas y seguramente ahí se acaba todo.
Ella dice: este sitio es horrible.
Pero yo no puedo estar de acuerdo.
Ella dice: si mi avión se estrellase, ¿recogerías mis restos?
Hasta el último pedazo.
¿Qué piensa ella mientras tanto?
No lo sé. No lo dice. Y si lo dice el ruido de mi miedo es como siempre
demasiado grande y por eso no la escucho.
Pero ni el silencio ni las palabras.
Una fractura es una fractura.
Aquí y en todas partes.
- ¿Cuando estás solo piensas en mí?
- Sí, aunque no todo el tiempo.
Ella dice:
- ¿Qué es lo que te asusta tanto?
Él piensa todo el tiempo
y por eso no responde.
Piensa que hay preguntas que es mejor no hacer.
O respuestas que no nos merecen.