'Entonces pensó que, por mucho que la vida sea incomprensible, probablemente la atravesamos con el único deseo de regresar al infierno que nos creó, y de habitar en el mismo junto a quien, en una ocasión, nos salvó de aquel infierno. Intentó preguntarse de dónde procedía esa absurda fidelidad al horror, pero descubrió que no tenía respuestas. Sólo comprendía que nada es más fuerte que ese instinto de volver donde nos desgarraron, y de seguir repitiendo ese instante años y años. Pensando tan sólo que quien nos salvó en una ocasión puede después hacerlo para siempre. En un largo infierno idéntico a aquel del que venimos. Pero de pronto, clemente. Y sin sangre.'
No sabría decir quién eres. No tengo
ni la más ligera idea.
Yo no tengo raíces, ni historía, ni país.
Me gusta que sea así.
Estás aquí, eres libre.
Podemos imaginar cualquier cosa,
todo es posible.
Si levantamos los ojos y nos miramos,
nos convertimos en el mundo.
Una y otra vez...
En este momento...
Un sentimiento de felicidad
que guardaremos para siempre.