La de las gafas debe ser la tía Marisa
No recuerdo haberla visto nunca
Y no creería lo que me cuenta mi madre
Si no fuera porque existe ésta fotografía
Que parece certificar
Que un día estuvimos con ella
En un pueblo llamado Caudete
De ese lugar sólo me queda un recuerdo
El de un chucho
Corriendo a nuestro alrededor
Sin parar
Sin rendirse
Con esa lengua de color rosa
Cociéndose entre los dientes
Que me hizo pensar en un trozo
De jamón de York
Parecía contento
Como nunca he visto a un humano
Ese momento no es un estorbo
No se ha borrado de mi memoria
Ni me conduce al despeñadero de la nostalgia
Aquel domingo por la tarde el coche giró hacia un paseo desconocido: una serie de casas en hilera. Papá dijo: 'Naciste allí', y el coche se deslizó velozmente.