Aqui estoy, en los limites que no se sobrepasan, bajando a la primera piedra de mi primer mundo. Preguntandome hoy sobre las esquinas:
¿Permitire que en mi mundo la gente no sepa que o quien se encontrara al girar la esquina?
¿Puede un edificio de planta circular tener esquinas, si planteamos como hipotesis que una esquina es lo que nos impide ver que nos encontraremos al girarla?
Y sobre todo: ¿Me conviene una clase obrera que no pare de construir esquinas, que no pare en todo el dia y que proteste por las esquinas, que clame al cielo con la poca clase de hacerlo delante de un bocadillo de mortadela?
Y despues: no, las esquinas de mi mundo serviran solo para plantar enredaderas, de las que llegan hasta el cielo y atrapan los espejos y se meten en el corazon de los amantes. Mil hojas verdes con flores enormes en las axilas (si, si, en las axilas), torres de flores que besen el agua, den cita con el medico, acunen a los niños, asusten en los callejones...
Este mundo sera con ellas, si, sera cambiante, si, sera creciente, crecera a velocidad lunar, y los niños en las escuelas aprenderan nuevas matematicas en base a los numeros Fibonacci...