El partido de petróleo y la junta de flor,
descanso en la ruina de pétalos,
la persona de elevados erizos
y la tranquilidad del vaso de agua.
Un ratón-espejo, una huella de café,
los brindis por la heterodoxia de agosto,
los brindis por las llamas de los cucuruchos,
acentos en las cañerías para escribir:
a)La ciudad en eco.
b)La vida crepitante.
El óxido se despide, la maraña
sigue la línea de puntos
hasta un gramófono azul,
con sus dedos sonroja la escafandra
de baño, retrato
de un enigma con pequeños
dientes y abetos
y epístolas y de nuevo
de nuevo de nuevo
los telegrafistas emponzoñando
los funerales, flequillos
de anémona, la ola centrada
en el corazón, la pasión
endurecida por los bomberos gira
como una Lilith,
lápiz, tetera, baobab,
todo.