Las altas nociones, mandarinas secas, el árbol tijera, las lámparas tifón, el acuoso columpio, hileras de algodones en las ojeras de los hospitales, tiernos arroyos bailan en el rubor de la espesura. No cumpleaños del pánico, oleadas de heridas reflejas, mantos quebrantados por los monasterios de 8 y 9 años, la longitud es el precio de los cartuchos, la X en los muslos partidos de las pitonisas, los sargazos los milagros los locos de los metales, la pequeña pirita en el fondo de la nariz. Ojos cavos, ruido blanco en las pastelerías, una nevada flácida en los dedos amarillos, martes y otro día, miércoles y los baptisterios vacíos, la sacratísima forma enhebrada en la aguja de la selva, trópicos húmedos de la infancia, relojes bicarbonatados, la seriedad de tomar el arco sin flecha alguna, la longeva tentación de medirse la vida fragmentada de dolor a dolor, de garra a garra, atorados en las encinas.
Escrito por U U a las 7 de Agosto 2008 a las 01:08 AM