Printemps
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.
(Fernando Pessoa)
No nos perdonéis nunca,
en estos días integrados ya no sabemos lo que hay tras nuestras palabras.
El perfume precede al sentimiento,
desaparecen de la pizarra los presagios.
Por otro lado, estamos poseídos
por los paseos públicos rutilantes y el fervor
de los que caminan
seguros hacia algún sitio.
Les seguimos, intrigados.
Todo ocurre como un ruido,
incluso la vanidad está marcada
en los perfectos jardines de jazmín.
Jazmines atados a una columna
inevitablemente bella.
La alegría sobreviene,
todo sonríe, apenas, para nosotros,
pero sonríe, apenas, noche a noche.
Tal vez esa calle lleve al amor a los que la cruzan,
tal vez el amor sea un árbol, o una montaña.
Guardemos el amor humano en la cólera de las cerillas
para llegar al nombre verdadero de la espera.
Nadie quiere ésto, las flores parpadean
entre mis dedos un momento.
La ternura de sus pétalos ciega la maquinaria
de las sábanas negras. Somos felices,
estamos en la felicidad, ninguna primavera podrá evitarlo.