19 de Marzo 2009

Paupag: La Caducidad De Lo Inmóvil

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Paupag: La Caducidad De Lo Inmóvil

Paupag encontró una llave oculta en su sueño de eternidad. Se acercó con ella al cauce de un río y lo abrió. Al entrar en su claridad puso el pie izquierdo en una esfera de cristal donde nada existía, y su pie derecho en el filo de una espada trazada en el agua. Miró alrededor y vio un campo de limoneros. Dos niños se besaban dulcemente bajo la sombra del árbol más pequeño. Cada beso les hacía más desconocidos, les devolvía un día. Tomó la llave y la puso en su corazón. Su corazón giró 180 grados. El tiempo se abrió y bajo el río crecieron dos mil ríos. Paupag bajó dos mil ríos y una fría ala le traspasó los ojos. Vio que un sello de sangre se abatía sobre el magma. La escarcha brotaba de sus manos. Los niños trazaban el perfil de los abismos con tizas de color verde. 'Toda historia es ficción' - pensó. Los cuadrantes de su nostalgia se volvieron estériles. Sonrió, tomó su visión de la humedad de los peces. Observó ahora (o creyó observar, puesto que no sabía si eran sus ojos u otros ojos los que veían) un globo de nácar que se perdía en el horizonte. Sintió que él era el horizonte. Sonrió. Su sonrisa formó un enredadera en la materia simbólica del cielo. El azul volvió a Paupag. Las flores de los orfebres de Midos nunca fueron tan bellas como aquel día, en aquel momento.

Escrito por U U a las 19 de Marzo 2009 a las 01:45 AM
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