Ellas también tienen sed.
¿Conviene regarlas?
Los que lo hacen
sin duda buscan un complot
o un negocio.
Yo nunca lo haría,
sólo las arrancaría
como hacían mis padres.
¿Qué más puedo hacer?
Reconocer que soy
un poco peor
que los mejores,
un poco mejor
que los peores.
Ningún orgullo,
como mucho,
en los mejores días,
alguna cosa que contar.
La memoria
a mi alrededor.
En la mirada
o quizá
un poco más adentro,
en el tiempo.
O quizá en la espera.
Recordar
ahora
nítidamente
sin el sentimiento,
recordar solo
en la superficie,
respirando
lo irrespirable.
Alrededor, recordando,
el recuerdo
ya no en la memoria
sino en los objetos.
Dar vueltas
para encontrar
el sentimiento,
encontrar
el nuevo recuerdo
que siente,
que aún ocurre.
La memoria
llena de trastos.
Yo pensaba, de niño,
que siempre estaba aquí,
pero no, no era así.
La acción no crea reacción,
crea azar.
La mayor energía queda reducida
a la factura
de un imponderable.