El amigo en el jardín
reposa, a merced de los vientos
y de los insectos,
a merced de la hierba,
de los recuerdos,
del tiempo.
Un segundo para arreglar
una habitación,
una ventana.
Brujas rojas al atardecer,
y una crisis.
De noche se quedan los perros
aceptando un poco de luz,
apareciéndose a los ciervos,
a los erizos.
¿Cuanto más tendré que esperar
para escribir un verdadero poema?
Parece que ya esté a punto,
pero las palabras, si son solo eso,
engañan.