Por todo ello
nos precipitamos en volver
a la desnudez,
fantasmas del vino,
felices fantasmas de la oscuridad
sin tiempo,
buscamos rostros,
subimos bajamos
peldaños
con los pájaros.
Transcurrir mientras la retórica
del parpadeo se hace al sueño.
No hay nada en llamas.
Nada en llamas.
Nada nos busca
ni las sombras.
Despertemos
no muy tarde, vida.