La reconcoci...hace tanto ya... tantas vidas...te reconoci
Coisas pequenas são
coisas pequenas
são tudo o que eu te quero dar
e estas palavras são
coisas pequenas
que dizem que eu te quero amar.
Amar, amar, amar
só vale a pena
se tu quiseres confirmar
que um grande amor não é
coisa pequena
que nada é maior que amar.
E a hora
que te espreita
é só tua.
Decerto, nao será
só a que resta;
a hora
que esperei a vida toda,
é esta.
E a hora
que te espreita
é derradeira.
Decerto já bateu
à tua porta.
A hora
que esperaste a vida inteira,
é agora.
Aun recuerdo el aroma de las rosas, sus rosas.
Todo lo que nacia, tenia su vida antes de ser,
se la daba desde el instante en que sentia que podia crearlas,
despues los demas solo podiamos adorar su vida, la que habia creado.
Hace ya media vida
que te pregunto
la razon de los laberintos.
El hermoso helecho
y su tierra negra, las rosas,
el pan caliente.
De todo eso no recuerdo
la direccion, no hay marcas
en los telefonos,
se llenaron de telarañas los lienzos
que acariciabas.
El otro dia pensaba en la soledad invisible,
en el eco de la lluvia,
el deseo
las emanaciones de los cuerpos que nacen.
El oleo.
La sangre esparcida a pinceladas por nuestro rostro.
Ni tu carne ni la mia estuvieron solas.
Los labios eran como una esfinge
de noche
corria a tu cuarto
y tu al mio
y estabamos juntos hace ya tan poco.
Duermo aun junto a ti, aun me dejas.
Piensas tantas cosas, no se ninguna.
El eco de la lluvia.
El oleo.
¿Quien nos creo?
¿Adonde iremos, en esta niebla?
Antes pensaba que cuando alguien se alejaba de casa, era para ir a morir, en secreto, como lo hacian los elefantes en las peliculas de Tarzan. Mi abuelo debio morir asi, mientras su rebaño pastaba, en alguna montaña cerca del Mediterraneo, huyendo de algo que nunca estuvo cerca de adivinar. Mi abuelo huia, he decidido, de las lagrimas y de la oscuridad. Sus perros eran los mas rapidos del pueblo, y los mas timidos. La timidez no esta reñida con la crueldad, cuando salian a cazar liebres, los perros las despedazaban.
No importaba, en aquel entonces aquello formaba parte de la libertad. El libre albedrio.
Ahora, pienso que murio en la cama, jubilado y harto de los pecados que no cometio.
Lo pienso ahora, y veo a los perros.
¿A quien pregunta alguien que esta soñando?
Los recorridos por el sueño despiertan monstruos, por las mañanas todo hace aguas, nos recorre el asombro de lo hondo, mientras, solo podemos permaner inmobiles, como desnudos, avergonzados de existir. Por existir.
Las armas han caido y una flor tiene un plan para esta medianoche. En los campos aparecen los rastros, de caramelo rojo, de vara de espinos, de mensaje en blanco. La mañana comienza con un desvio hacia el cielo, con los brazos en telaraña, con la cicatriz desierta.
De trapo. Los edificios son de trapo, los jardines de sueños, las aceras cantan la cancion de caminar.
Todo de agua dentro, los patos de alas tibias, los dias que vienen y van. El tranvia que nos lleva a los museos donde llevamos los cuadros de nuestro comedor. La llama nos lleva, de agua por dentro es la escarcha y el hielo y el glaciar. Y nos escondemos en el agua y en el fuego, riendo como cometas. Tranquilidad, confianza, pase lo que pase, no es el final.
Pase lo que pase, sin elipsis, el niño escribe con tiza de colores en la pizarra de sus dias, y no se cansa, de esos azules, rojos, verdes, blancos...