A veces miramos por el retrovisor
y ocurre:
allí seguimos todos.
Como si nada hubiera cambiado,
por citar el dato más doloroso.
Me has leído en tus ojos que la recta no existe
aunque digan sí nuestros besos euclidianos.
Te tacho bajándote hasta el centro de mis uñas.
Cuando los muerdo tus pies aún saben
a las estrellas que pisaste en los lagares.
No lo hagas más fácil: calla o
ésta noche nos destrozaremos para saberlo.
1
Era peor ser esclavo cuando no tenía cuerpo.
La inocencia que me habla de la tierra
dice que es imposible,
que la tierra lo da todo
para que no dejemos de ser principio.
2
Hombres solos tras los muros
nunca más
los párpados doblados nunca
nunca más
ahogarse en los espejos
nunca más
llenar de amores los ataúdes nunca
nunca más.
3
Desde que nacen,
los pájaros sangran en la madera,
trabajan al sol.
Dentro de su tiempo de alas
persiguen lo que se escucha en la tierra.
Es peor no tener su recuerdo
de lo que nos obliga a volar.
4
La fatiga de antaño ahora resplandece.
Canta sin que nos demos cuenta
en la tierra amada.
Canta como quien ya llegó
el estar siempre llegando
y el ya no poder irse
al caminar.
La aparición reiterada de hematomas
o la presencia de los mismos
en grandes zonas
puede ser sintomática
de una enfermedad latente
mucho más grave.
Y nos atacarán por la poesía
en nombre de la ciencia.
Y nos atacarán por ser nosotros
(¿quién lo iba a decir? nosotros)
y por seguir vivos.
Y atacarán a nuestros padres
por ser nosotros aún.
Y nos atacarán por el ruido
en nombre del hierro.
Y por el tiempo que pasaron sin sangre.
Y nos atacaran por no entender que nuestra mano
estaba bajo su mano
entre las sábanas
esa noche
en la que le unimos al silencio un grito
para que no doliera más.
Y nos atacarán sin pensar,
aplastándonos la cara contra su espejo cansado.
Y nos atacarán
porque entre tanto los ojos del miedo
ni se sabe cómo los arrastran
hacia el fondo del carbón
para devorar su vida con calma.
(Y no hay más).
habitar el futuro, estar desvelados
en habitaciones tiernas
dicen
si son éstos los moldes del tiempo
cuánto tiempo sin los antiguos deseos
hemos querido en vano
podríamos maldecirnos
por ser demasiado nosotros mismos
antes de regresar a la vida
lo más inmóvil es no quedarse mirando
para que todo te sacuda hay que imponerse
a la dulzura
renegar de los suaves abrazos
asumir formas poco comunes de la carne
clavarse las uñas de cada primavera al cuerpo
el aire vuelve
vuelve del mundo con nosotros
en los árboles agotando las hojas
hacemos una sola cosa
habitar los caminos
para vernos ahora sin nostalgia
remontando sin nombre
los antiguos deseos.