[...] me has dado demasiado.
Yo quiero, ahora, todos los caminos.
Lo quiero todo: con alma gitana
ir cantando a robar,
sufrir por todos al escuchar el órgano,
como una amazona galopar al combate.
Leer las estrellas desde la negra torre,
guiar a los niños a través de la sombra...
para que sea leyenda el día de ayer,
que cada día sea prodigioso.
Me gustan la cruz y la seda y los cascos,
mi alma es huella del instante.
Me diste una niñez como un cuento de hadas,
y debes darme la muerte a los diecisiete años.
(Marina Tsvetáieva)
Esta escultura de la Catedral de Urakami (Nagasaki) representaba a un ángel. Fue mutilada por la bomba atómica, y fotografiada en 1961 por Shomei Tomatsu.
El camino
cuando lo dejas atrás
desaparece a tus espaldas
deja de existir
la geografía es una noción subjetiva
una especie de acuerdo
(Ryszard Kapuscinski)
Cómo sabemos
- pero lo sabemos -.
Extensión de gaviota
suspendida en el aire.
Lo hemos vivido, ahí,
prácticamente inmóviles.
Lo hemos sido, sabemos
qué apertura
- pájaro al viento,
corriente
que se entrega -.
Lo hemos sabido
- pluma sobre el agua -.
Hemos sido, vivido,
ese volar.
Mamíferos que sueñan que recuerdan.
(Vanesa Pérez-Sauquillo)
El cigarrillo:
esa venganza,
ese riesgo,
esa otra manera de estar en el mundo,
de matarse lentamente
por nada, sólo
por un poco de humo,
tan parecido
en eso
a veces
a lo que nos impulsa a vivir.
(Karmelo C. Iribarren)
'No hay muerte, cualquiera puede saberlo,
repetirlo es banal.
¿Y qué hay? - Que alguien me lo explique.
¿Quién llama?
Todo el mundo está aquí.
Será el huesped del otro lado del espejo, o aquel
que apareció tras la ventana...'
(Anna Ajmátova)